Dar más datos sobre la trama, que posiblemente
está acabando con la carrera política de la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, agota. Además, algunos simpatizantes y prensa aliada han tomado la decisión de aplaudirla, reconociéndole que ha sido una maestra en el cómo ha respondido a los medios de comunicación; ahí está lo del “todo está declarado”, “muchas gracias”, el “saludito en el brazo”, uniéndosele otra perla, el “con todo cariño”.
Es como si hubiese programado sus respuestas y, estuviera dispuesta a finiquitarnos de aburrimiento por ser unos fastidiosos enanos envenenadores.
¿Quién la está asesorando?, como lo adelanté en Latinpress.es, se me ocurre que Otrova Gomas dio en la diana: Sacabalarin, el gran clasificador de ideas confusas y del arte de camuflarse tan perfectamente hasta clonarse con el enemigo, logrando que nadie sepa quién es el malo.
En el reciente Pleno Extraordinario (5/4/023), forzado por la oposición, para que hablara sobre la trama sueca, Muñoz llenó la sala como Isabel Pantoja, pero a diferencia de ésta, no cantó.
Cuando apareció y se sentó en la mesa presidencial, estaba tranquila, riendo taciturnamente, seria y coqueta; en el gallinero una decena de personas le aplaudía y vitoreaba por su valentía y capacidad de lucha, otra le incriminaba su mutismo con los millones ganados como médico residente.
La jefa, como aseguran la llaman sus concejales, ha logrado que aquellos que le siguen, estén convencidos de que ella se esfuerza sinceramente en recordar cuáles fueron las licencias de obras que caducaron; que bajo la plena confianza en su marido e hijastro, nunca se le pasó por la cabeza, después de 30 años de casados, que hicieran cosas raras; que, aunque parezca imposible, tampoco pudo percatarse cómo su hijo conseguía tantos patrocinadores para su coche de carrera y; preguntándose, una y otra vez, no logra entender cómo es posible que su equipo de trabajo, después de cinco meses, no encuentre las facturas de Codecosol.
En busca de respuestas regresamos al genio Sacabalarin, encontrando una de las explicaciones que bien pudiera orientarnos: La notoriedad del caso sueco es capaz, por sí sola, de causar un trauma en el inconsciente del más pintado. Máxime si se vive en una ciudad donde se derrocha el champan, haciendo fácil que la riqueza lograda pase desapercibida incluso para la jefa.
Por eso, como caben tantas explicaciones, algunos están convencidos de que, frente a ese mal rollo, lo mejor es que todo se olvide; que, si no se puede probar lo que se dice, para qué perder el tiempo, siendo mejor, y más inteligente, apostar por crear la Comisión de Vivir sin Objetivos, una idea brillante porque nunca caduca. Otros opinan que si ella no se ha metido con ellos, por qué ellos se van a meter con ella; que, si se ha hecho millonaria trabajando con un salario de tres o cinco mil euros, pues que dé el truco al pueblo; que, si ahora dice que va a construir 700 viviendas públicas, pero en 14 años no pegó un clavo, pues bienvenidas sean; que si Pedro Sánchez es un envidioso y ha creado una sarta de mentiras para que pierda las elecciones en Marbella, pues que se valla al departamento de higiene mental (Sánchez) en Leganitos para que se cale la cola de espera de seis meses.
Rafael Piña, de Opción Sampedreña, al finalizar el pleno, preguntaba a los votantes del PP, ¿en verdad no tenéis dudas, aunque no haya todavía una sentencia definitiva?, muy posiblemente alguno responderá que no, que porqué tenerlas si saben de buena tinta que desde Moncloa se está preparando la última gran mentira contra Muñoz: vender queso fabricado en 3D para los que beben vino de garrafón.