Nadie se ha muerto, así que por favor no lloréis por mí. No podéis jugar al fútbol conmigo, o construir maquetas de aviones, o hacer experimentos científicos.
No tenemos conversaciones, pero tenemos una preciosa relación. Mi autismo no es algo que tenga, es mi forma de ser. No sería la misma persona sin él. Ninguno de nosotros es feliz todo el tiempo, pero yo soy feliz la mayor parte del tiempo.
Tened paciencia, sed positivos
Cuando os impacientáis sobre la forma en que actúo de forma natural, me siento mal. Cuando siento vuestra decepción sobre mí, percibo la negatividad.
Aunque no puedo hablar con palabras, puedo ver, oír y sentir. Puedo saber lo que os pasa y sé quién es cariñoso conmigo. Cuando la gente es amable y paciente, nos llevamos mucho mejor y puedo hacer más.
Sé que todos tenéis expectativas sobre mí. No os deis por vencidos porque puedo hacer cosas y puedo hacer más. Pero si las expectativas son demasiado altas es posible que no pueda alcanzarlas.
Muchos autistas progresan muy rápidamente y otros lo hacemos más lento y diferente. Hay muchas cosas que no puedo hacer y que nunca haré.
Al igual que los niños neurotípicos, necesito padres con energía positiva que disfruten de la vida, que celebren mis logros y me acepten como soy. Las reacciones positivas a lo que puedo hacer me hacen sentir bien. Estoy orgulloso de lo que puedo lograr, incluso cuando a otros pueda parecerle muy pequeño
No os enfadéis.
No es mi culpa que yo no fuera el niño que esperabais. Puede que os hubiera gustado cambiarme, pero el autismo no es una enfermedad y tiene difícil arreglo, ya lo sabéis. Eso puede que os hiciera enfadar o estar tristes en alguna ocasión. Nunca entendí que me intentaran arreglarme o curarme.
Soy la única manera que sé de cómo ser y, como todos, a veces estoy contento y a veces triste, a veces soy travieso, a veces hago cosas mal porque soy un niño.
Es lógico que no tuvierais ni idea de cómo se siente un autista. De ahí vuestro enfado en ocasiones. Habéis aprendido a celebrar lo que yo puedo hacer, a disfrutar conmigo y esto ha sido una gran diferencia para mí en nuestra relación.
Cuando me disfrutáis de verdad y me aceptáis como soy me siento como el niño más feliz. Si me empujáis constantemente a hacer las cosas que parecen ‘típicas’, me sentiré frustrado e irritado.
En cambio, cuando jugáis conmigo y me lleváis al parque o me montáis en coche, me sonrío porque me hace feliz.
Queredme siempre.
Gracias a vuestro amor y a vuestros cuidados vivo la vida más segura que se pueda nadie imaginar.
Estoy seguro que siempre estaréis a mi lado, sin importar lo que pase. Por favor, recordad que no quiero veros tristes. Yo sé que me amáis incondicionalmente y eso es lo más importante para mí porque vuestro amor es para siempre.
La opinión del autor no coincide necesariamente con la de Latinpress.es. Colaboración especial para LatinPress®.