Tamara Lemos, responsable de construcción sostenible de Triodos Bank, lo tiene claro: "Tiene que haber un equilibrio entre la parte pública, la normativa y el sector privado, no hay otra solución"
Añade que, cuanto antes se adapte al cambio que viene, más fácil se va a tener, adelantando que ya se están activando las «palancas concretas», pero antes que esperar a una regulación», aboga por construir desde la prevención.
Destaca Lemos que en España la vivienda social sólo representa un 2,5%, un porcentaje insignificante si se compara con el de Países Bajos, cuya cifra alcanza el 30%.
La ejecutiva sugiere que el sector privado se adapte para contribuir al equilibrio entre la rentabilidad económica y la rentabilidad sostenible o medioambiental.
Lemos considera esencial la propia autorresponsabilidad y la autogestión como ciudadanía y, la concienciación social, no solo en la población, sino también en el propio gremio.
Para aclarar conceptos, Brains Real Estate News Podcast, le preguntó qué era la construcción sostenible y qué diferencias tiene con la industrializada, respondiendo que la «construcción sostenible implica que el modelo no menoscabe los recursos futuros para posteriores construcciones, teniendo en cuenta el medio ambiente y las personas, el problema es que «no todo el mundo tiene el mismo concepto», y a nivel global, «tendemos a ceñirlo a la certificación energética de la vivienda y, la parte del consumo de energía».
Además, hay que considerar cuestiones que directa o indirectamente incidan en la salubridad o el confort de las viviendas a largo plazo, como la selección de materiales o de un sistema constructivo respetuosos con el medio ambiente. La construcción industrializada es un medio para lograr un objetivo, no un fin, dijo la portavoz.
A día de hoy, «no hay datos» sobre el porcentaje de parque edificado que es sostenible en España, pero sí se sabe que España es uno de los países con los edificios más antiguos del continente, con una media de más de 45 años de antigüedad.
La Descarbonización
En términos de sostenibilidad, en el residencial español, «el ritmo es lento» y varía de obra nueva a rehabilitación. «Cada año, sólo el 1% de los edificios de Europa son objeto de rehabilitación energética», mientras que «dos de cada tres son ineficientes energéticamente», y a menudo están habitados por familias con recursos limitados.
Según las previsiones, del parque edificado europeo, entre el 85-95% seguirán en pie en 2050, así que «hay que incidir sí o sí en la rehabilitación».
El objetivo de descarbonización europeo, en el segmento residencial, la Unión Europea ha establecido como objetivos el que los edificios residenciales reduzcan hasta un 16% su consumo energético de cara a 2030 y, entre un 20 y un 22% de cara a 2035, para llegar a alcanzar la neutralidad climática en 2050. Una que para Lemos es un plan demasiado ambicioso.
Sin embargo, sin la aparición de los Fondos Next Generation el ritmo sería muchísimo más lento. En este sentido, la colaboración entre todos los actores implicados y, la mejora en la regulación, la dilatación de los plazos, la agilización de permisos, la facilitación de vivienda social que sea accesible y sostenible, o la agilización de los, hoy son tediosos» procesos al solicitarlos.
El parque edificado en España: ineficiente
«Contamos con un parque edificado que tiene unas 26.000 unidades, de las cuales el 80% aproximadamente son ineficientes energéticamente, con una calificación que puede estar en torno a una E.
El panorama se debe a que más de la mitad se construyeron antes de la década de 1980, cuando las normativas medioambientales todavía no habían impactado en el inmobiliario.
Sostenibilidad: ¿sobrecoste o inversión?
El precio sigue siendo el factor por excelencia, pero el criterio verde empieza a cobrar protagonismo en la toma de decisión.
Cada vez más la calificación energética es una decisión prioritaria a la hora de comprar o alquilar una vivienda. En el mercado de compraventa, Lemos señala que el 77% de los usuarios contemplan este criterio. En 2024, de hecho, la demanda de vivienda sostenible se espera que haya aumentado un 30%.
Tras la pandemia o el aumento de la factura de la luz, somos más exigentes en ese sentido. De media, la población está dispuesta a pagar entre un 5 y un 10% más en el precio de la vivienda por esta clase de cuestiones, un porcentaje que podría alcanzar el 20% en el caso de las personas más concienciadas al respecto.
Este concepto de sobrecoste es percibir esto como un añadido, cuando la realidad es que el sistema constructivo debiera de ser así.
«La vivienda social, aunque parezca increíble, nos ha demostrado que hay una manera de construir eficiente energéticamente, cuando esta tipología tiene más limitaciones a la hora de encajar un proyecto en precio».