Hablar de celebración del aniversario de los Derechos Humanos sin hablar de lo que está pasando en Gaza me parece una burla.
La destrucción de Gaza con los gazatíes dentro es incompatible con la defensa de los principios que animaron a una cierta parte de la Humanidad a reconocer el horror, que entre todos habían causado a la propia humanidad tras la 2ª G.M, y plasmarlo en un documento para generaciones futuras.
Nada, todo filfa. La gente invoca los Derechos Humanos sin haberlos leído. Qué razón tenía Adela Cortina cuando escribió aquello de muchos tenemos una ética de boquilla.
El bombardeo sobre Gaza ya está en la lista de los peores desastres de la historia, a la altura de las ciudades alemanas en la Segunda Guerra Mundial, solo que hace siete décadas eran bombas de gravedad y no había cámaras que lo grabaran en directo, y ahora son misiles teledirigidos que no dejan nada en pie y que podemos ver en directo en nuestras fantásticas teles panorámicas ultra K.
Mientras Occidente se apresta a celebrar los fastos del nacimiento de Jesús de Nazareth, que por cierto nació en un pesebre en Belén, en Oriente se consuma el crimen del genocidio del pueblo gazatí. Y nosotros, horrorizados, lo seguimos en silencio.
Parece claro que los israelitas van a ganar esta guerra que es la madre de todas las guerras pero su auténtica victoria no consistirá tanto en acabar con Hamás porque la barbarie sufrida puede ser un hervidero de nuevos terroristas, sino en hacer realidad el Gran Israel con la ocupación de todo el territorio palestino, obtener tanta tierra como sea posible con el mínimo de palestinos dentro. Por eso no quieren ni oír hablar de un futuro estado palestino.
Comprenderán que esto casa mal con lo que dice el Preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que no me resisto a transcribir, sólo unos breves párrafos. Dice así: Preámbulo Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad; y que la aspiración más elevada del hombre es un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de creencias,
Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea empujado al recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión, Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones, BLA , BLA BLA. Esto lo digo yo. No sigo.
Triste y descorazonador el comprobar cómo no hay más reacción entre la ciudadanía internacional ante imágenes de tamaña destrucción.
Cada día que pasa y permanecemos calladitos se pone a prueba la debilidad de nuestras conciencias y comprobamos que es fácil vivir sin ella.
Esta guerra está poniendo a prueba muchas cosas, entre ellas la incapacidad para influir en el poder para frenarla.
Hemos visto a los amos del mundo en la sede de la NNUU oponiéndose simplemente a un alto el fuego que permita un paréntesis humanitario.
Lo peor está por venir: como dice el editorial de un periódico español de estos días, Israel ha agotado ya sobradamente su derecho a la defensa y no sólo actúa en contra de la legalidad internacional sino que ha entrado en la antítesis de los principios que definen e identifican a las naciones como democracias que son los Derechos Humanos.
Desde luego cualquiera de los dioses concernidos: Yahvé, Alá y Dios, no los imagino yo muy satisfechos con lo que algunos de sus representantes aquí en la Tierra están haciendo en su nombre, en una franja de tierra llamada Gaza. Falta un cuarto diós: el dinero; ese sí que debe estar frotándose las manos.
Atentos : En Gaza peligra la paz mundial y para entonces la reivindicación de los DD.HH será pura retórica, papel mojado.