Es duro decirlo, pero lo que sucedió en España durante la pandemia, fue que algunos vivos se enriquecieron a costa de los muertos, haciendo negocio con las mascarillas.
Por ese escenario de vivos pasaron familiares del alcalde de Madrid, Luís Martínez Almeida y, de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pero lo del exministro de Fomento y de Transportes, Luís Ábalos, merece mención honorífica.
El caso Koldo es tan seguido y, con tantos capítulos, que nos hace recordar aquella telenovela venezolana que paralizó España en 1990, escrita por Delia Fiallo y protagonizada Carlos Mata y Jeannette Rodríguez, Cristal.
Uno de sus protagonistas, el exministro, que aparecía con cara de cañón en todos los canales de televisión y, ahora no lo encuentra nadie, parece que estuvo rodeado de media España: el primero, Koldo García, el hércules que de cortador de leña paso a asesor de Ábalos y, ofrecía hostias si no entrabas en el negocio de las mascarillas, su mujer, Patricia Úriz, su hermano Joseba García, el comandante de la guardia civil destinado en la embajada de Venezuela, Rubén Villalba, el presidente del equipo de fútbol Zamora, Víctor de Aldama, quien por cierto acompañó a Koldo y a Ábalos cuando éste se reunió en el aeropuerto de Madrid, en 2020, con la vicepresidenta de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez; el ginecólogo amigo de todos ellos, Ignacio Palomo, quien les vendió test sin homologar por 600 mil euros, la empresa Soluciones de Gestión que habría obtenido un contrato por 54MM€, y la presidenta del Congreso de los Diputados y, tercera autoridad del país, Francina Armengol, por haber comprado (cuando era presidenta de las islas baleares) mascarillas sin la calidad requerida (FPP2) y, a sabiendas de esto las pagara y, no reclamara los 3.6MM€... Uff. Es que es complicadísimo.
Va tan acelerado todo esto que lo único que queremos saber son los nombres de los vividores de postín que abrieron las puertas de los ministerios para hacer negocio con las mascarillas, si se recupera el dinero y, si los envían al trullo. Y, eso que después de la pandemia íbamos a salir mejores personas.
Sin embargo, aunque sea desmoralizante negociar con la salud del prójimo, lo que está dando igual, o más repelús, es el comportamiento de nuestros máximos líderes políticos.
Por un lado, desde el Gobierno diciendo caiga quien caiga, pero yo no fui, mira pa´otro lao
y, por el otro, el discurso tremendista del Partido Popular (PP) y VOX en plena cacería, ya no sobre Koldo o Ábalos y la presidenta del Congreso, sino sobre el presidente del Gobierno, Sánchez. Haber quién termina de pie, y con cuanto fango.
¿Por qué el PP y VOX son tan virulentos contra Sánchez?, según las malas lenguas, porque no han logrado superar la moción de censura que en 2018 el actual presidente le metió a Mariano Rajoy por lo del caso Gurtel, aquello de que su partido tenía una red organizada para financiarse ilegalmente y que lo echó del parlamento. Eso dolió muchísimo.
Incluso, sin pruebas, llaman a este caso la Trama Sánchez, porque para ellos Koldo García es un pelagatos que estaba esperando su momento y que, cuando le llegó compró escopetas, terrenos, apartamentos y, se dejo pillar 226 mil euros que había dejado en alguna casa de algún colega, vamos, un malandrín.
Para VOX y el PP, Koldo, Sánchez, Ábalos y Armengol, ya son culpables, hasta que alguien aparezca y demuestre lo contrario. Nada de presunción de inocencia. Este es el chaparrón que, todos dicen, dejó Ábalos a su partido, aún sin haber aparecido en los sumarios ni haber sido imputado. Tremenda cefalea.
¿Qué exageramos con lo del cabreo del PP?, pues no. Hace unas semanas se fueron en comandita al Parlamento de Bruselas para hablar de este caso doméstico y, decirle hasta el gato que en España todo el mundo, menos ellos, está untado. Todo por la patria.
Y, qué quiere el PP, pues que, con un poco de suerte, Armengol y Sánchez dimitan y, se convoquen nuevas elecciones generales para que comience una nueva historia con una mayoría absoluta conservadora y, si la cosa no sale bien, pues repetir el capítulo una y otra y, otra vez, hasta ganar la silla de la Moncloa.
De este tablado de tarántulas queda claro aquello de que hay muchos que viven a costillas de otros y, que les importa un cuerno lo que se tenga que hacer; que si el Gobierno quiere crear una Comisión de Investigación, pues estamos en contra, como dijo el PP, ¿por qué?, porque no vale para nada y, además, como sospechamos
que Armengol está metida en el ajo, pues debe dimitir. Y, tan panchos.
Koldo ha sido tan nefasto haciendo el papel de malo que no solo llamaba a su círculo de confianza los ´cuatro mosqueteros´, sino que dejó tirada una libreta completita de notas con sus pagos por los delitos cumplidos y, un montón de dinero en su casa. En cuanto a Ábalos, cuando se le puede ver aparece tristón en una curul de gallinero, y falto de amigos.