Tras las elecciones de 2018, millones de mexicanos creímos haber logrado un hecho histórico, suponíamos que, el cúmulo de promesas hechas por el candidato de ese Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sin la menor duda serían cumplidas; la más importante, en la que estaría basada esa tan proclamada 4ta. Transformación, y dicha miles de veces durante casi 18 años de campaña: “barreré la corrupción como se barren las escaleras…de arriba abajo”, esa no se cumplió, por ende, muchas otras no vieron un buen fin.
Recordar la historia de los sucesos políticos acontecidos en México, necesariamente nos llevan a entender el porqué de la situación que hoy estamos viviendo previo a las elecciones de: Presidente de la República; Gobernadores; Presidentes Municipales; Regidores; Síndicos, Senadores y Diputados.
Podríamos decir que, merecido nos tenemos lo que está ocurriendo, debido a la pasividad, permisibilidad y tolerancia de los mexicanos, agregándole el fanatismo imperante hacia una persona en quien se depositó toda la confianza, pensando erróneamente que, AMLO era el Dios que se esperaba y solucionaría todos los problemas existentes que venimos padeciendo de aproximadamente ¡100 años!, gracias a personajes miembros del Partido Revolucionario Institucional (PRI), su siempre cómplice Partido de Acción Nacional (PAN) y los otros Partidos pequeños, cuyo interés se reducía (y se sigue reduciendo) a la obtención de las famosas y jugosas prerrogativas.
Esta “prerrogativa”, cuyo significado es: “Privilegio, beneficio que se concede a alguien para que goce de ello, anexo regularmente a una dignidad, empleo o cargo”; simple y llanamente, son miles de millones de pesos que se reparten entre los Partido Políticos, que han servido para tirar algo de ese dinero en la propaganda, mentirosa, burda, ridícula en la que se ensalzan los candidatos, adjudicándose cualidades que ni en sueño han tenido, que van a parar a la basura y, la mayor parte de ese dinero a los bolsillos de políticos corruptos que tienen treintena de años viviendo sin dignidad alguna pero con mucho cinismo, de los impuestos de los mexicanos.
Muchos mexicanos, tras casi seis años del mandato de AMLO, no ocultan su desilusión por acciones que, nuestro Presidente de la República ha llevado a cabo a pesar de la manifiesta inconformidad de sus conciudadanos; otros lo defienden a capa y espada; otros más, ocultan su sentir, por aquello de no ser considerados como opositores a la 4ta.T., pero hay otro sector que se sienten realmente traicionados por AMLO, por deshacerse de personas de su gabinete, para suplirlos por personajes cuyo sello de la corrupción la traen tatuada en su frente y, a esos los defiende con claridad meridiana en sus conferencias “mañaneras”.
En 1988 un grupo de priistas que se autonombraron “Corriente Democrática”, encabezada por el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano irrumpió en el espacio político en período de elecciones, renunciando al PRI, al no ser favorecido el Ing. Cárdenas como su candidato a la Presidencia de la República, en su lugar fue favorecido Carlos Salinas de Gortari.
Sería el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) quien lo aceptara como su candidato, para posteriormente, el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT); Partido Socialista Unificado de México (PSUM) y otras organizaciones de izquierda unificadas en, el Partido Mexicano Socialista (PMS), que tenía como candidato al Ing. Heberto Castillo, éste renunciara a su candidatura en favor de Cárdenas.
Iniciaron las huestes priistas cambiando el nombre de PMS por el de Frente Democrático Nacional (FDN), para posteriormente cambiarle el nombre a, Partido de la Revolución Democrática (PRD), predominando en número los priistas a los militantes de izquierda, al grado que, al contender el Ing. Heberto Castillo contra, Andrés Manuel López Obrador para elegir al presidente del PRD, la mayoría de votos priistas fue para AMLO, dando inicio la decadencia de ese Partido de “izquierda.
Actualmente ante la muchedumbre de priistas y panistas que se están apropiando de las candidaturas a ojos vistos y ante la indignación de los verdaderos militantes, solo se puede deducir que, la historia se repite y MORENA, tendrá nuevo dueño, que son los mismos viejos políticos corruptos que siguen con las mismas viejas mañas.
De manera reiterada es propio decir: “gavilán que agarra y suelta, no es gavilán” y, en este refrán estamos incluidos todos los morenistas que hemos luchado y trabajado por una verdadera transformación, pero le hemos dejado todo a un solo hombre que, con intención o sin ella, ha permitido todo aquello que creíamos llegaría a su fin… AHÍ SERÁ P’A LA OTRA.
Saludos conciudadanos.
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