Termina 2024, los ciudadanos fuimos testigos de múltiples acciones que, hasta los acérrimos morenistas pusieron en duda lo dicho por el muy querido y admirado expresidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO): “no mentir, no robar, no traicionar”.
Los hechos irrefutables no nos dejaron lugar a dudas sobre el origen político de AMLO, un ex militante priista, que sin consultar a las bases, abrió las puertas no solo a priistas y panistas, sino a verdes ecologistas y petistas, todos ellos con un historial de corrupción, traiciones, engaños, asesinatos, represiones, nepotismo, todo aquello que en su larga campaña para ocupar la presidencia de la República Mexicana decía en cada ciudad, municipio, ranchería a la que acudía, “barreré la corrupción como se barren las escaleras de arriba abajo”.
Los mexicanos padecemos de tres cosas que impiden que tengamos una mejor clase política, por lo tanto, un mejor país: olvidamos, idolatramos y tememos.
A fuerza de la costumbre, pues fueron mas de 8 décadas de padecer gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quienes efectivamente institucionalizaron la corrupción, el autoritarismo y la represión en su más alta expresión en una visible complicidad del Partido de Acción Nacional (PAN).
De ahí que, esperábamos de un nuevo gobierno surgido de las entrañas del pueblo, el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) una verdadera transformación, cosa que no ocurrió durante el sexenio de AMLO; sin ser esta una defensa del ex presidente es de entender que, para llegar a la presidencia se hacen muchos compromisos con empresarios; narcotraficantes y políticos millonarios, porque de sobra es sabido que, como dijo el escritor y político, Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos (1580-1645): “poderoso caballero es don dinero”.
Aunque no era del agrado de muchos mexicanos que se recibiera a algunos de estos encumbrados y poderosos ciudadanos en Palacio Nacional, nada se pudo hacer y la verdadera transformación quedó en una ilusoria esperanza y desagrado al ver que, no eran bien recibidos por ejemplo, ciudadanos ejemplares defensores del medio ambiente tan dañado con la contaminación por empresas extranjeras y perversos y ambiciosos prestanombres mexicanos, como es el caso de Ohuira en Topolobampo, Estado de Sinaloa, el de la zona arqueológica de Mayapan, Yucatán y en otros tanos Estados afectados por expropiaciones de empresas extranjeras.
Hemos sido testigos silenciosos al ver a políticos dinosaurios que se dicen representantes de los ciudadanos y defensores del país, cuando con claridad meridiana se ha conocido de sus enriquecimientos y corruptelas, sin que sean tocados por la justicia, antes al contrario se les sigue otorgando puestos como senadores, diputados, secretarios de Estado y, los ex presidentes radicados en su mayoría en España, resultaron intocables en este gobierno que proclamaba la 4ta Transformación en México, y nos hablan en éste nuevo gobierno encabezado por la ex corcholata hoy, presidenta, dra. Claudia Sheinbaum de un “segundo piso de la 4ta. Transformación”. Queda por decir en relación con el pasado sexenio, justamente eso: “ya lo pasado, pasado”.
Da inicio el período sexenal 2024-2030, con la presidenta mencionada y la conformación de 500 diputados de la LXVI, que concluirá su período el 31 de agosto de 2027 y la de 128 senadores cuyo término de funciones será el 2030; mas sin embargo vemos con desagrado que habiéndose otorgado su “reelección” sin consultar a sus “Representados “-los ciudadanos- la gran mayoría en ambas Cámaras legislativas, son los mismos que nos están ofreciendo unos verdaderos shows, de vergüenza, en los que no existe el debate propio de esas instituciones; la hoy oposición al gobierno morenista, PRI y PAN, en conjunción con MC (Movimiento Ciudadano), están en contra de todo asunto tratado en estas Cámaras, cuando ellos hicieron cosas peores durante sus respectivos mandatos; la incongruencia y desvergüenza los distingue.
Los mexicanos no solo esperaríamos para este 2025, sino durante todo el sexenio, que: se nulifique la reelección de diputados y senadores: se eliminen los plurinominales en ambas Cámaras; se cancelen las concesiones de minería, medios de comunicación; telefonía, carreteras y Bancos y sea el Estado quien se haga cargo de su funcionamiento en beneficio de México y sus ciudadanos.; se responsabilice del pago de la billonaria deudas del, Fondo Bancario de Protección al Ahorro ( FOBAPROA) a quienes fueron beneficiados con miles de millones de pesos y no seamos los ciudadanos quienes paguemos esa deuda privada, convertida en publica, por el expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León.
Para ellos es imprescindible, que realmente haya una aplicación de la justicia a quien: MIENTA, ROBE, TRAICIONE y ENGAÑE AL PUEBLO y, no se aplique de manera parcial esa justicia tan declarada por la actual presidenta, cosa que hacía el expresidente AMLO al proteger a funcionarios que cometieron millonarios fraudes.
De llevarse a cabo, esta si será una verdadera Transformación que todos entenderíamos, aplaudiríamos y apoyaríamos.
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