Brainsre.news ha publicado un estudio del experto inmobiliario, Lucas Serrano, donde asegura que 4 de 10 turistas residenciales internacionales pasa “en su casa más”
cuatro meses al año, advirtiendo que el perfil internacional está cambiando, ahora el turista, con una edad media de 49 años, “viaja a su casa”
cuando viene a España.
La importancia de este sector está en lo que aporta económicamente al destino, por ejemplo, el 5% del PIB de la Comunidad Valenciana depende del turismo residencial, tanto a nivel directo, indirecto o inducido, ya que no sólo compra la vivienda, también paga impuestos y genera una riqueza asociada a su estancia allí.
Se destaca que el origen del turista residencial, ha cambiado, quienes más compraban en España procedían del norte de Europa, actualmente son del este de Europa, Polonia, Bélgica y Ucrania, encabezan el listado.
El Brexit ha repercutido en la decisión de compra del turista residencial británico, cuyo porcentaje ha ido disminuyendo desde su aprobación.
Sin embargo, según Ángel García Butragueño, director de Turismo en Braintrust, España sigue explotando el modelo de sol y playa, aunque tenga otros nichos cada vez más importantes: la cultura, el deporte, las compras o la naturaleza, modelos de turismo capaces de desestacionalizar el gasto todo el año, especialmente del mercado emisor español.
Es decir, un modelo más sostenible y que beneficie al residente con un turismo mucho más diversificado, desestacionalizado.
Braintrust analiza otros modelos turísticos que no son el sol y playa, elaborando un índice de estacionalidad del viajero nacional y su gasto turístico por tipo de turismo, y ha identificado aquellos que más recorrido tienen en la sostenibilidad económica y de empleabilidad.
El índice se calcula teniendo en cuenta el gasto en temporada alta, comparándolo con el que se realiza fuera de dicho periodo. Luego categoriza en tres tipos de riesgo del índice:
- Alto, cuando la actividad se concentra mayoritariamente en los meses de verano.
- Medio, cuando se suele agrupar entre el verano y la primavera.
- Bajo, cuando se distribuye a lo largo de todos los meses del año de forma más regular.
El análisis destaca que, en el turismo de sol y playa, el 69,8% del gasto de los españoles se concentra en el tercer trimestre del año. Sigue siendo un modelo que tiene un recorrido de mejora en cuanto a su sostenibilidad económica y social, pero precariza la actividad, e impide la desestacionalización.
El turismo de naturaleza también cuenta con un indicador alto de estacionalidad, ya que el mayor volumen de gasto turístico también corresponde al periodo estival. El turismo de sol y playa y el de naturaleza se concentran sobre to en verano, asegura Braintrust.
El turismo de sol y playa aguanta, pero está reduciendo paulatinamente su cuota, sobre todo por la incorporación de generaciones más jóvenes que buscan experiencias memorables, conocer y degustar la gastronomía local, hacer compras, participar en competiciones deportivas, o conocer la cultura nativa.
Estas prácticas suelen distribuirse más a lo largo de los meses y ofrecen la oportunidad de la desestacionalización, creando una mayor riqueza económica y un empleo más estable.
Perfil según la modalidad turística
Braintrust señala que el turismo de sol y playa se suele disfrutar en familia, con un 49,1%. En el ámbito cultural, predomina el viaje en pareja, el 65,1%; en el deporte aparecen los amigos con un 29,8%, mientras las compras constituye el nicho con un mayor porcentaje de realización en solitario del 12,5%.