Por Blanca Nieves Palacios
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24 de abril de 2025
La gran mayoría de los mexicanos nos sentimos triunfantes, desde aquel 2018, en el que logramos derrotar con nuestra participación, a través del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y al Partido de Acción Nacional (PAN), su socio desde décadas atrás. Confiamos firmemente los militantes morenistas que, el tan esperado cambio había llegado a un país en el que, la corrupción reinaba; el autoritarismo; la represión; la impunidad para un sector empoderado; la insultante desigualdad entre los mexicanos y, la sumisión al país vecino. Estados Unidos de Norteamérica era una ley no escrita, pero cumplida a cabalidad. Haber tenido Presidentes de la República que servían más al gobierno estadounidense que a su propio pueblo, en calidad de agentes de la CIA como: Adolfo López Mateos; José López Portillo; Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, era pensar que no podríamos, aquí en México, ver algo peor y con todo eso hay calles y avenidas que llevan su nombre. El mal a la sociedad mexicana, hecho por priistas y panistas y sus partiditos rémoras plagados de oportunistas y vividores del erario público, el más conocido, el Partido del Trabajo (PT), de dónde surgió el gran orador, Gerardo Fernández Noroña, ha sido un cáncer que ha dejado metástasis a lo largo y ancho de nuestro país, y no está por demás decir que, de alguna u otra forma, todos estamos afectados. El sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), dio visos desde el inicio de que, no terminaría ni con la corrupción, el nepotismo, la impunidad ni el neoliberalismo, sistema protector de la clase empresarial apoderada, mediante concesiones, de todas nuestras riquezas, como el empezar imponiendo candidatos a gobernadores en diferentes Estados con reconocida trayectoria política priista; otorgando, sin tomar en cuenta al “pueblo bueno, sabio y politizado” como él mismo lo adjetivaba, para nombrar a, ex gobernadores corruptos, ineptos y por añadidura priistas o panistas cómo Embajadores o Cónsules en el extranjero. Y cabría aquí mencionar aquello de: “dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”, AMLO, nos repitió hasta el cansancio una de sus frases preferidas: “no mentir, no robar, no traicionar”, todo esto se dio en su gestión presidencial; podrían decir en defensa del ex presidente: “no robó”, pero dejó robar y defendió a los rateros; “no mintió”, pero engaño, no hubo la tan proclamada 4ª Transformación; “no traicionó”, claro que traicionó a toda su fiel militancia, al no tomarla en cuenta en sus decisiones, al no escucharla, encaramando en los mejores puestos a puros oportunistas de su reducido grupo. Reitero lo dicho: “gavilán que agarra y suelta, no es gavilán” y dejó un Congreso y Senado repleto de lo más impresentable, en donde se compran votos de panista o priistas para aprobar leyes y, dan un ejemplo diario de cómo no utilizar el vocabulario y se reeligen a voluntad; una Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la que como si fuera un mercado, la justicia se vende al mejor postor. Aunque detestable el hecho, más valdría que AMLO hubiera quitado a todos los ministros y magistrados de la SCJN de un plumazo, tal como lo hizo el repudiado ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León y mandar al banquillo a un Mario Delgado que, como presidente de MORENA, puso a senadores y diputados de lo peor a su antojo. Tenemos, pues, una verdadera porquería de Poder Legislativo y Judicial, en el que se gastan miles y miles de millones de pesos, cuando aún existen en México más de 40 millones de ciudadanos en la pobreza. De los diversos casos, errores, o fallas o como gusten llamar, que se desea fervientemente no vuelvan a ocurrir, están ocurriendo en éste nuevo sexenio de la Presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo y el nuevo Comité de MORENA, cuya Presidenta es, Luisa Maria Alcalde, quien a su propio decir, MORENA “no se formó para solo ocupar puestos” y justamente es ella quien ha andado brincando de secretaría en secretaría, como si no hubiera más militantes morenistas, hombres y mujeres y, el haber y seguir aceptando en sus filas a corruptos en grado superlativo, del PAN, Miguel Ángel Márquez Yáñez y otro del PRI, Alejandro Murat y Jorge Carlos Ramírez Marín y todo por un voto para aprobar la Reforma del Poder Judicial. Por si la debacle de MORENA, no sea algo que se avizora con tanto priista, hay morenistas y ocupando importantes puestos, se agrega lo inconcebible; el del ex futbolista, ex alcalde, ex gobernador de Cuernavaca, Morelos, actualmente diputado federal, Cuauhtémoc Blanco, -cuya trayectoria política está más negra de porquería que el lazo de un puerco en un chiquero-, acosador sexual, señalado por su propia media hermana, Nadia Fabiola Blanco, quien lo ha demandado por intento de violación sexual a su persona; ante esta demanda y por gozar de, “fuero”, la bancada morenista lo defiende y no le quitan el “fuero” para que enfrente tal acusación y vaya a parar a la cárcel, que es dónde debe de estar; lo peor de todos los peores es que no solo los hombres, sino las mujeres morenistas, suben con ese impresentable sujeto a la tribuna para arroparlo con sus blancas faldas que, igualmente, ignoramos que tan negras puedan estar. Ante todo esto, quien debería hacer escuchar su voz y exigir justicia es, Citlali Hernández Mora, ex Secretaría General de MORENA, ex Senadora y actualmente, Secretaría de las Mujeres y gritar: NO ENGAÑAR, NO MENTIR, NO TRAICIONAR Y DEFENDER Y…ACTUAR. La opinión del autor no coincide necesariamente con la de Latinpress.es Colaboración especial para LatinPress®. bnpb146@hotmail.com